jueves, 1 de julio de 2010

001


UN LIBRO SABROSO

A veces pienso que los libros tienen sabores. Sé que es una idea tonta, pero a veces la cobijo.

¿Nunca les ha tocado un libro insípido? ¿Nunca se han topado con un libro que sabe como a hamburguesa llena de grasa? ¿Un libro que cuando apenas se abre huele a agua estancada?

Por eso cuando me topo con un libro preparado con ingredientes naturales ¡me lo devoro! ¡Por fortuna, de vez en vez, me topo con libros llenos de nubes y de vientos!

En mi reciente viaje a Chiapas me topé con un libro de Arcadio Acevedo, el libro en cuestión narra instantes de la vida de un famoso boxeador chiapaneco: el lacandón Anaya. ¡Pucha, qué bonito libro, qué bien escrito!